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Diego Rivera (Independiente PL): Primero convengamos que tenemos un tremendo país

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Diego Rivera es profesor de la American University, donde hace clases de economía para el programa de magister en relaciones internacional en la escuela de servicio internacional. Esta actualmente terminando su tesis doctoral en el departamento de economía de la misma universidad y en el pasado se ha desempeñado como consultor del Banco Mundial. Fue parte del equipo economico  del partido liberal

¿Como fue que llegaste a trabajar en el equipo económico del partido liberal, sin ser militante de este?

Como bien dices, yo soy independiente. No milito, ni nunca he militado en ningún partido político, pero si he participado activamente en política. En el 2005 conocí Oscar Remetería y años más tarde, ya viviendo en EEUU, en el contexto de la elección del 2013 me puse en contacto con Oscar nuevamente, y fue el quien me presento a Vlado antes de que fuese electo. Nos mantuvimos en contacto y durante su primer año como diputado le toco viajar a Washington DC, donde estoy viviendo (terminando un PhD en Economía). Nos juntamos bastante, conversamos mucho. Cuando me toco ir a Chile me invito al congreso y a hacer una charla sobre la economía heterodoxa a su equipo. Desde entonces que me mantengo en contacto con él y su equipo, y trato de colaborar en lo que pueda desde la distancia.

¿Que ves en el Partido Liberal que no hay en otros partidos?

Es difícil contestar esta pregunta porque uno no ve la interna de otros partido por lo tanto lo que responda, alguien puede decir “ah! Pero nosotros acá también funcionamos así!”. Dicho esto, lo que he visto en mis visitas al congreso y en mis interacciones con Vlado y su equipo es que hay una pasión por hacer bien la pega, por hacer política republicana. Como anécdota, me recuerdo durante las primeras visitas al congreso, cuando llamaban a la oficina de Vlado para que me autorizaran la entrada y el pase, nunca contestaba nadie. ¿La razón? Porque no tenían secretaria y el y su equipo estaban o en comisiones, o en el hemiciclo. Cuando pregunte sobre esto me dijeron que preferían gastar la plata en otras cosas más importantes (sin despreciar la labor de las secretarias) y que entre ellos se repartían el trabajo de rendir cuentas y otras tareas logísticas. No vi a un diputado con un grupo de personas que siguen sus órdenes.

Vi a un equipo donde Vlado es una pieza, pero en donde la pega la hacen entre todos, lo logros son de todos y existe una transversalidad, dejando de lado los egos. Eso me llamo mucho la atención. Un grupo dedicado de verdad trabajar por mejorar el país (de la forma que pudiesen). A gran escala me ha tocado ver un partido donde la directiva hace esfuerzos por integrar a sus miembros. Luchan para que haya inclusión, para que todos se sientan parte y que ninguna voz sea más o menos importante. Claro, hay una cúpula en el partido. Sus dirigentes nacionales y regionales son una cúpula y tienen que serlo para que exista estructura, pero es evidente el consiente esfuerzo que la directiva hace para que la altura del techo de esa cúpula no sea muy distante a sus miembros.

En términos políticos, el Partido Liberal fue el primer y único partido que le doblo la mano al binominal (sin ayuda ni abstenciones). Rescatan principios republicanos que se han olvidado. Basta con escuchar a Vlado invocar a Bilbao y Lastarria en sus intervenciones. Creo que los que iniciaron el camino con Vlado el 2012-2013 fueron muy valientes. No es fácil emprender un camino donde tienes a todos en contra, solo. Veo un proyecto a largo plazo con inspiraciones en Holanda y Canadá. Inspiraciones para una mejor sociedad, para una mejor convivencia. Eso me es atractivo.

¿Cuáles son las principales dificultades que tiene Chile en materia de desarrollo económico?

Primero convengamos que tenemos un tremendo país. Chile y los chilenos han sabido sobrellevar muchísimas dificultades, a mi juicio tal vez más dificultades que otros países en la región, y es un orgullo poder decir que uno es chileno en el extranjero. Socialmente somos pesimistas y talvez eso no nos deja apreciar lo que tenemos. Pero no nos durmamos en los laureles, eso no significa que este todo bien, ni que no hallan cosas que mejorar. El principal problema en Chile, a mi juicio, es la desigualdad. Somos un país tremendamente desigual en una infinidad de aspectos. No es solo un tema de desigualdad de ingresos/riqueza.
A nivel microeconómico el mayor problema es la segregación. En Chile la desigualdad nos ha llevado a tener realidades que ni siquiera se mezclan. Los ricos van al colegio con otros ricos, van a la universidad con otros ricos, se casan entre ricos, son amigos solo entre ellos y lo peor se emplean entre ricos. La cultura del pituto es realmente impresionante. Cuando se anunció que se reformaba el transporte público en Santiago, mi esperanza era que el Transantiago podría ser el inicio de la integración socioeconómica. Talvez por primera vez los ricos y pobres compartirían un espacio. Lamentablemente todos sabemos la trama de esa historia y hoy los ricos andan en autos y los pobres en micro. La integración y la vuelta de la meritocracia por sobre el pituto debe ser a lo que apunten las políticas públicas. A nivel macroeconómico, Chile a tenido un desarrollo económico “al lote”. Si bien hemos aprovechado las bonanzas del cobre, nunca tuvimos una política de desarrollo a largo plazo. Somos un país corto-placista, talvez guiado mucho por la contingencia política-electoral. Por eso tuvimos las políticas de concesiones. Era la forma de tener autopista “ahora ya” sin pensar que problemas estructurales nos podría traer en el futuro. Lo mismo con la educación. El objetivo era tener más universidades y más individuos estudiando, y se creó el CAE, pero a largo plazo hoy estamos viendo los problemas de endeudamiento. En el ámbito de la inversión pasa un poco lo mismo, jugando con el miedo a que si se suben los impuestos nadie va a invertir. Talvez la salud es un poco la excepción. El plan AUGE es una política sustentable en el tiempo y que ha ido creciendo en cobertura y prestaciones, pero en general necesitamos invertir en investigación y desarrollo para poder desarrollar industrias donde mano de obra Chile otorga valor agregado. Pasar de exportar cobre a exportar chips de computadores hechos de cobre. El problema pasa por el fanatismo por la competencia. No me malentienda, a mí me gusta la competencia pero la competencia de verdad y Chile al ser un país pequeño y con poca población, le es muy difícil tener mercados realmente competitivos. Tenemos 3 de todo, 3 cadenas farmacias, 3 de supermercados, 3 de compañías de celulares, etc. El nivel de concentración de mercado no hace más que impulsar las desigualdades (monetaria, de poder, etc.) Chile necesita más competencia y más regulación. No es contradictorio. Necesitamos una regulación fuerte y activa de parte del estado, que nos asegure que los mercados serán realmente competitivos. Es muy probable que en muchas industrias la competencia, para el caso de Chile, no sea la mejor opción. En la salud, en la educación, en los servicios básicos, etc. es difícil generar competencia, más aun en un país pequeño como Chile. Pero en la industria del retail, de los supermercados, farmacias etc, es más fácil. En esas industrias a mí me gustaría ver más emprendimiento. Que las pymes tengan un porcentaje más alto dentro del mercado y así generar competencia. Te doy un solo ejemplo. Un emprendedor que quiera poner un almacén o farmacia no puede competir con las grandes cadenas. Ese emprendedor la tiene cuesta arriba y se le será muy difícil. Como queremos que exista competencia en la industria de las farmacias si es casi imposible que exista una farmacia de barrio. Estas existieron y desaparecieron ya que no podía competir con los precios de las cadenas (economías de escala). Hasta ahí todo bien, los consumidores ganamos porque enfrentamos mejores precios. El mercado evoluciono, las farmacias de barrio cerraron, nos quedamos con solo 3 grandes cadenas y ahora que no hay competencia vemos los resultados; colusión, precios altos y abusos al consumidor. Todos estábamos felices de tener inversiones en esta industria en un principio, ya que veíamos los precios bajar. Esa inversión era bien vista e incluso “apoyada” por las políticas públicas del momento. Políticas publicas corto-placistas que hoy vemos como terminamos pisando la cola por tratar de ir rápido y siempre confiando en que el mercado funcionara sin mucha regulación.

¿Qué rol han tenido los empresarios en la actual desconfianza hacia el mercado?

A mi parecer los escándalos de colusión y la intromisión del empresariado en la política a través del lobby y del financiamiento de campañas electorales han forjado una imagen de que los empresarios son malos. No lo creo así. Los empresarios no son malos. Existen empresarios y ejecutivos con poca ética, pero no creo que sean la mayoría de los empresarios. Las crisis económico-políticas de SQM, PENTA, etc. podrían haberse manejado mejor comunicacionalmente y talvez al empresariado no le hubiese salpicado tanto. Lo que si contribuye a que los empresarios tengan una mala reputación es la combinación de estos escándalos con la desigualdad. Te doy un ejemplo, retrocedamos a fines de los 80s principios de los 90s. Vamos a una feria. El feriante es un emprendedor, quiere surgir y trabaja duro para lograr crecer, salir de la feria y abrir un almacén y talvez después incluso expandirse y tener dos almacenes. La vuelta a la democracia y el gran crecimiento de Chile en los 90s indicaba que ese sueño era posible. La sociedad le decía al feriante, “trabaje duro esfuerces y puede lograr sus metas y surgir” El feriante lo hizo. Pasaron más de 20 años, y ese feriante en que esta hoy? Él o ella hizo su parte, trabajo duro, jugo bajo las reglas del mercado, pero sigue en la feria, nunca logro abrir ningún almacén. Probablemente sus hijos pudieron ir a la universidad, pero están endeudados y seguramente no tendrá una pensión digna. La promesa de que el esfuerzo y el trabajo llevarían a un mejor futuro no se cumplió. No le podemos pedir a ese feriante que crea en el mercado, porque el mercado no dio los resultados esperados. No es que los mercados no funcionen, es que nunca tuvimos mercados donde la competencia realmente existiera. Las grandes empresas y conglomerados se llevaron al mercado para la casa. Ese feriante hoy se descarga con el empresario y con cualquier persona que gane mucho dinero, porque existe la percepción de que en Chile los que hacen trampa y tienen contactos se llenan la billetera y ese feriante no se llenó la billetera porque no tiene contactos y no hizo trampa. Hemos ido acumulando resentimiento.

¿Como ves las propuestas de desarrollo económico del frente amplio?

Está todo por verse. Hoy el Frente Amplio tiene como candidata a Beatriz Sánchez y su campaña está llevando a cabo un proceso participativo para construir su programa. En un principio creo que es bueno escuchar a la ciudadanía y componer un programa de gobierno que atienda las inquietudes y demandas de los ciudadanos. Se corre un riesgo grande eso sí. Es más costoso y complejo, además de que es fácil caer en el populismo. Las propuestas de gobierno deben ser estudiadas y bien conformadas o caemos en hacer políticas “al lote” nuevamente. Hay que ver como la campaña de Beatriz Sánchez lleva acabo este proceso y cuál será su resultado. En el discurso creo que Beatriz Sánchez hizo un buen trabajo en diferenciarse de Alberto Mayol. Su tarea era ganar la primeria en donde disputaba votos de izquierda. En ese discurso escuchamos ideas y propuestas pero sin mucho contenido. Difícil de evaluar, por ahora, aunque en el discurso me gustaría escuchar a la candidata hablar más sobre el mercado, su regulación y el apoyo a los emprendedores para así tener un mejor estado, que nos conduzca a un mejor mercado. Un mercado más robusto y competitivo, con menos barreras de entrada. También me gustaría ver un enfoque más regionalista. Chile es muy diverso y creo que el Partido Liberal reconoce y abraza esa diversidad y por lo mismo empuja por regiones más autónomas. Tener desarrollo regional diferenciado es un importante factor para el desarrollo del país. Me gustaría ver que en el sur tengamos las universidades que se enfoquen en la industria forestal, en el norte universidades que desarrollen tecnología energética solar. Que sean las regiones las que vayan construyendo su camino. Nadie mejor que los habitantes de una determinada región sabe que es lo que se necesita y donde puede explotar de mejor manera su potencial. 6. ¿Qué opinas de esta división del liberalismo demócrata en varios partidos y en diferentes coaliciones? Es un tremendo tema. En Chile hace mucho tiempo que necesitamos una tercera fuerza política. La política lleva mucho tiempo muy polarizada y recién hoy (ya sin el binominal) vemos nuevas semillas brotar en la arena política. Dentro de los espacios fértiles para el brote de nuevas fuerzas está el centro liberal. En Chile básicamente tenemos a una izquierda laica y una derecha conservadora y los votantes hemos estado forzados a escoger por lo que se ha denominado “el mal menor”. A los liberales se nos ha puesto entre la espada y la pared. Es esperanzador ver a un centro lleno de semillas brotando, pero hay un espectro grande. En un extremo tenemos al Partido Liberal que si bien está en el Frente Amplio, creo que ideológicamente esta muchísimo más cerca a
ciudadanos. Más hacia la derecha, pero dentro de ese centro fértil esta Amplitud y le sigue Evopoli. Creo que todos estos grupos tienen algo que aportar en la construcción de una tercera fuerza de centro liberal. Muchos critican al Partido Liberal por estar en el Frente Amplio. Talvez la misma crítica se le puede hacer a Evopoli por estar en Chile vamos he incluso a Amplitud por apoyar a Piñera. Ciudadanos sufrió un percance y dejo de ser protagonista. Ahora volvió pero el daño ya está hecho y tendrán que trabajar duro para recuperar el tiempo perdido. Cuando gano Macron, Felipe Kast, Ciudadanos y el Partido Liberal salieron a tratar de adueñarse del liberalismo de Macron. Lo mismo pasa con Trudeau. Creo que encapsularse en la pugna de quien es realmente liberal y quien no lo es, es poco fructífero. Hay un hilo conductor muy fuerte ideológicamente entre estos grupos y creo que en el futuro deberían ir convergiendo. Ojala que en el proceso de convergencia, pugnas poco fructíferas no generen anticuerpos entre estos partidos, de manera que el trabajo en conjunto a futuro se pueda ir dando de manera natural. Menciono esto porque en las redes sociales se ven ataques de un lado y otro entre quienes, yo creo y espero, serán socios en el futuro. El sueño de un centro liberal reformista lo comparten varios referentes de opinión. La idea de que estos grupos puedan unirse en alianza en el futuro no es nueva pero sí lejana, aunque veo luces esperanzadoras. Escuchar a Felipe Kast en un debate de Chile Vamos, hablándole a la derecha conservadora, atreviéndose a apoyar la legalización de la marihuana y caminar hacia la legalización de las drogas, apoyar el matrimonio igualitario y la igualdad de derechos, es esperanzador. Existen matices claro. Kast no apoya el aborto por ejemplo, pero prefiero que nos enfoquemos en lo que tenemos en común más que en lo que nos diferencia. Talvez lo que anhelo es un frente amplio de centro.