Ya está disponible en el popular servicio de SVOD este valioso film que registró desde las propias entrañas la campaña electoral que terminó con el triunfo del joven candidato centrista y su elección como presidente de Francia.
El 7 de mayo último Emmanuel Macron le ganó con el 66% de los votos la segunda vuelta de las elecciones a la ultraderechista Marine Le Pen y se convirtió, con tan solo 39 años, en el presidente más joven de Francia. Pocos días más tarde apareció en Netflix Emmanuel Macron: El ascenso al poder (Emmanuel Macron: les coulisses d’une victoire), documental de Yann L’Hénoret que registró -con un acceso privilegiado a la intimidad del candidato y de su entorno- los seis meses de campaña, desde que anunció que sería candidato hasta su triunfo en el balotaje (en la primera vuelta había quedado segundo y apenas por encima del aspirante izquierdista Jean-Luc Mélenchon).
Mucho se ha escrito y filmado sobre el fenómeno Macron, ex banquero, ex ministro de Economía del socialista François Hollande, casado desde hace dos décadas con Brigitte Trogneux, quien fuera su profesora y le lleva 24 años de diferencia, pero nunca con la cercanía y el detalle de este documental.
En poco más de un año Macron pasó de no tener partido ni apoyo popular a transformar a su movimiento En Marche! en un fenómeno político sin precedentes que terminó sepultando por completo a los partidos tradicionales tanto de derecha como de centroizquierda para finalmente llegar a la segunda vuelta y -ya con el apoyo de casi todo el arco democrático- derrotar al sector xenófobo y antieuropeista liderado por Le Pen.
Tratándose de una película hecha con el claro apoyo del macronismo y lanzado pocas horas después de su triunfo podía esperarse un film oportunista, interesado y calculador, una mera exaltación del joven político y -aunque por momentos puede haber algo de de eso- Emmanuel Macron: El ascenso al poder resulta bastante más que el trabajo de un realizador interesado en aprovechar y capitalizar el hecho de estar en el lugar indicado y en el momento justo.
El documental es, más que un panegírico sobre Macron, un registro descarnado y minucioso sobre cómo se construye un candidato, cómo trabaja el ejército de asesores, comunicadores, estrategas y voluntarios para enfrentar a cada minuto una denuncia en su contra, una declaración mediática de un rival o de un posible aliado y todos esos imponderables que ocurren aun cuando todo parece estar milimétricamente planificado.
El film tiene varios hallazgos -como el cambio de planes cuando Macron se ve casi obligado a visitar a unos obreros en medio de un conflicto sindical o cuando es hostigado por unos veteranos de Argelia que apoyan al Frente Nacional- y expone en detalle cada uno de los pequeños y grandes momentos de la campaña: los rumores sobre su homosexualidad no reconocida, su conflictiva relación con el colectivo LMPT que lideró las protestas contra el matrimonio igualitario, los pormenores de su alianza con François Bayrou, los esfuerzos por recaudar dentro y fuera de Francia los 40 millones de euros que necesitaba para las dos campañas (las empresas no pueden aportar fondos y cada individuo puede poner entre 1 y 750 euros), los escándalos del candidato derechista François Fillon, los debates presidenciales, las charlas telefónicas con el presidente Obama o los consejos del otrora líder revolucionario Daniel Cohn-Bendit.
Puede que el documental abrume a aquellos no demasiado interesados en la política francesa e irrite a quienes no comulguen demasiado con el estilo y la ideología de Macron, pero si el espectador es capaz de abstraerse del costado más obsecuente del film encontrará uno de los acercamientos más interesantes a la cocina de la alta política contemporánea. En ese sentido, Emmanuel Macron: El ascenso al poder excede por mucho el techo siempre demasiado bajo del documental propagandístico.
