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EL GRITO DE GUERRA DE LA DC

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Por Cristóbal Bellolio

Carolina Goic va a primera vuelta. La DC se escinde del pacto histórico que le dio a Chile sus mejores años, pero también del pacto que en su versión moderna tiene poco brillo. La DC, después de echar la choreada quinientas veces, al fin se anima a tomar el camino propio. Una tesis largamente acariciada pero nunca ejecutada. Como el cuento de Pedrito y el lobo. Bueno, están cerca de ejecutarla.

Desechar la primaria, en todo caso, no es garantía de llegar a primera vuelta. Ciertas voces sugieren que la camarada Goic podría dimitir en el camino en favor de Alejandro Guillier. Todo sea por salvar la negociación parlamentaria. Algo parecido ocurrió en su momento de Soledad Alvear en favor de Michelle Bachelet. Esta vez parece que la cosa va más en serio.

Para la candidatura de Sebastián Piñera, la noticia tiene dos lecturas. La buena es que Guillier llegará todavía más debilitado a noviembre. Si Goic llega efectivamente a primera vuelta y es capaz de conectar con el corazón electoral de la DC, debería llevarse una tajada significativa del voto de la gran familia concertacionista, aunque no le baste para amenazar seriamente a los punteros. La mala noticia para la derecha es que también se podría llevar una porción de moderados que ya estaban pensando en votar por Piñera. Carolina Goic representa mejor el centro político.

La DC votó relativamente dividida, por lo tanto la primera tarea es socializar la importancia de la misión. Los camaradas tendrán que pelarse el lomo para llevar adelante una campaña con mística partidaria y capacidad de apertura. Puede resultar bien. Goic todavía es un misterio para la opinión pública. Es una apuesta. Pero a las apuestas hay que ayudarlas. Esa debiera ser la convicción en la tribu falangista, esa de raigambre social-cristiana y comunitarista.

De ratificarse la carrera de la DC a primera vuelta, se cierra un capítulo de la historia política chilena. La DC solía ser el partido eje de la Concertación que recuperó la democracia. Fue perdiendo influencia con el paso del tiempo. De protagonista pasó a comparsa. Ayer dio su grito de guerra reclamando un lugar central en el próximo capítulo.