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Francia ante su decisión energética: renovar el parque nuclear o el cierre progresivo

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  • Con las elecciones en el horizonte de 2022, los políticos franceses comienzan a posicionarse

La clase política francesa empieza a entender que sus 56 reactores nucleares van envejeciendo y que a partir de 2040 empezará una cascada de cierres y desmantelamientos que puede hacer que a mediados de siglo Francia deje de ser la gran potencia nuclear europea. 2040 parece lejos, a 19 años vista. Pero la experiencia dice que una nueva central nuclear necesita entre 10 y 15 años desde que se empieza su construcción hasta que se enchufa a la red eléctrica. Flamanville, que debía ser el “piso piloto” de la nuclear francesa como primer reactor de última generación, sigue en obras después de 14 años y de después de haber multiplicado su presupuesto por tres.

Esos plazos de construcción y la barrera de 2040, cuando empezarán a sucederse los cierres de las actuales centrales, hacen que el Gobierno francés deba decidir en los próximos dos o tres años como máximo si empieza construir nuevos reactores para reemplazar a los que van cerrando y apuesta así por mantener la nuclear durante prácticamente todo este siglo o si, como la mayoría de sus vecinos, va abandonando la nuclear según se vayan produciendo los cierres previstos, haciendo que Francia tenga muy pocos o ningún reactor en algún momento alrededor de 2050.

La decisión la deberá tomar el presidente o presidenta que salga de las urnas en las elecciones del próximo mayo de 2022 –como máximo en 2023, cuando está prevista la finalización de la central de Flamanville- y el asunto, por primera vez, no muestra el consenso de antaño. La clase política francesa está fuertemente dividida, incluso hay divisiones dentro de cada partido. Repasamos las posturas de las principales fuerzas políticas.

Macron duda

El actual presidente francés ha dado señales contradictorias. Macron es oficialmente partidario de la energía nuclear. Hace apenas cuatro meses, durante una visita a una empresa que fabrica las cuvas de los reactores, dijo: “Nuestro futuro energético y ecológico pasa por la nuclear”. Pero a la vez Macron ha nombrado ministros de Transición Ecológica –la energía es de su competencia- que fueron abiertamente críticos con la idea de seguir construyendo reactores. La actual ministra, Barbara Pompili, no quiere construir más reactores.

Macron además cumplió la promesa que había hecho el anterior presidente François Hollande y cerró la central de Fessenheim a pesar de que las eléctricas querían alargar su vida útil. Mientras, François Bayrou, aliado de Macron, exige que se empiece ya la construcción de nuevas nucleares.

Los conservadores están divididos

A la derecha de Macron, como uno de los más probables candidatos para las presidenciales de ‘Les Républicains’ aparece un Xavier Bertrand abiertamente favorable a la construcción de más reactores. Bertrand no es sólo partidario de la nuclear, es anti-renovables. Lleva años apoyando iniciativas contra la construcción de instalaciones de energía eólica.

Esa postura abiertamente pro-nuclear no la comparte otra de las posibles candidatas de su partido, Valérie Pécresse, presidenta de la región Ile-de-France, la que engloba París. Pécresse ha aumentado la financiación para el desarrollo de renovables y cree que Francia debe abandonar progresivamente la nuclear. La ultraderechista Marine Le Pen es abiertamente pro-nuclear.

Mélenchon antinuclear, Montebourg pro-nuclear

A la izquierda la cacofonía es similar. Jean-Luc Mélenchon, de ‘Francia Insumisa’ (lo más parecido a Unidos Podemos que hay en Francia) aboga por acelerar la salida de la nuclear invirtiendo más y más rápido en renovables. Para ello pide además políticas que reduzcan la demanda de electricidad y el desarrollo de alternativas como la hidráulica.

Montebourg, posible candidato presidencial a la izquierda de los socialistas es por su parte pro-nuclear. Cree que para dejar de usar carbón y petróleo Francia debe aumentar la nuclear en su mix energético. En sus planes de reindustrialización de Francia la construcción de nuevas centrales es una de las piezas básicas.

Ecologistas y socialistas por un cierre progresivo

Los ecologistas creen que Francia podría dejar la nuclear en 15 años y que para 2050 no debería haber ningún reactor en funcionamiento. Por supuesto están en contra de construir nuevos reactores. Los socialistas tienen una postura más parecida a la que en España se aplica desde hace años. Usar la nuclear como ‘energía de transición’ mientras se van desarrollando las renovables, alargando la vida de los reactores de ser necesario pero sin apostar por construir nuevas centrales. Esa política también llevaría al fin de la nuclear francesa en algún momento en la quinta o sexta década del siglo.

Vía: NiusDiario