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Macron abre la puerta a un sistema de cuotas para la inmigración profesional

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El presidente francés sitúa la inmigración en el centro del debate político para jugar en el terreno de Marine Le Pen

En los dos últimos años el flujo migratorio ha descendido y estamos lejos de la crisis de refugiados que llevó a más de un millón de personas a Europa en 2015 pero el Gobierno francés considera que su sistema de asilo está «saturado» porque Francia se enfrenta a un movimiento migratorio «secundario».

En el 2018 Francia recibió 123.000 solicitudes de asilo, un 22% más que un año antes, mientras que en el resto de Europa las demandas bajaron un 10%, según los datos que ha dado este lunes el primer ministro francés, Edouard Philippe, en la apertura de un debate sin voto sobre política migratoria celebrado en la Asamblea Nacional.

La iniciativa del debate parte del presidente y obedece a una clara estrategia electoral. Sin más oposición que la de Marine Le Pen en la carrera para optar nuevamente al Elíseo en el 2022, Emmanuel Macron no quiere que el tema migratorio sea, como hasta ahora, un terreno exclusivo de la ultraderecha y por eso ha pedido al Gobierno entrar de lleno en el asunto.

Un tema tabú
La cuestión –tabú en un país que asocia el racismo a los discursos sobre inmigración- divide a los diputados de La Republique en Marche (LREM) y preludia un nuevo endurecimiento de la política migratoria después del texto aprobado a finales del 2018 restringiendo la ley de asilo.

El primer ministro se ha limitado este lunes a esbozar unas orientaciones generales abriendo la puerta al establecimiento de cuotas «por nacionalidad o sector profesional» y a revisar las ayudas médicas a los solicitantes de asilo. «Francia debe atender a todos los que se encuentran en su territorio, pero no debe ser ni más ni menos atractiva que sus vecinos», ha avisado.

Populismo de Estado
La oposición se mueve entre el escepticismo de la derecha y la hostilidad de la izquierda. El número uno del Partido Socialista, Olivier Faure, ha alertado contra las tentaciones de «un populismo de Estado» y el líder de la Francia Insumisa, Jean Luc Mélenchon, ha acusado a Macron de «atizar las brasas de la inmigración». «Pone en circulación el miedo, la desconfianza. Ha elegido hacer del inmigrante el chivo expiatorio».

La presidenta de Reagrupación Nacional (antiguo Frente Nacional), Marine Le Pen, desplegó su discurso clásico al hablar de una inmigración «anárquica» y «masiva» que amenaza la vida de los franceses y reclamó al Gobierno un referéndum.

Las asociaciones de defensa de emigrantes critican un debate organizado sobre postulados que juzgan erróneos y denuncian una instrumentalización política de la cuestión.

Fuente: El Periodico