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Macron confirma las bajadas de impuestos y nuevas reformas

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Emmanuel Macron está impaciente por dejar atrás un curso político muy difícil y aprieta el acelerador para transformar Francia. El objetivo es la reelección en el 2022. Fue su primer ministro, Édouard Philippe, quien confirmó ayer que el Gobierno seguirá adelante con los planes de bajadas de impuestos, la transición ecológica y una batería de reformas de gran calado que afectarán a las pensiones, al seguro de desempleo y a la propia Constitución.

Tras el discurso programático de Philippe, este superó la moción de confianza, como estaba previsto. La Asamblea Nacional le dio su apoyo por 363 votos a favor y 163 en contra, un resultado menos holgado que hace dos años.

La Asamblea Nacional renueva la confianza al primer ministro con 363 votos frente a 163

En teoría le hubiera correspondido al presidente, en una solemne sesión conjunta de las dos cámaras, reunidas en Versalles –como se hizo el año pasado–, presentar el llamado acto 2 de su quinquenio en el Elíseo. Macron optó, sin embargo, por permanecer en un segundo plano y ceder el protagonismo a Philippe.

Hace casi un año las cosas comenzaron a torcerse para Macron. Estalló el escándalo en torno a Alexandre Benalla, el joven guardaespaldas que se excedió en sus funciones. Ese caso, lejos de ser anecdótico, mostró la falta de controles en el Elíseo, una cierta frivolidad y unas sospechosas maniobras para proteger a un personaje de segunda fila pero muy próximo a Macron y a su esposa Brigitte. Una parte de los franceses que habían votado a Macron se sintieron –y se sienten todavía– muy decepcionados al ver que ciertos vicios del poder siguen vigentes, pese al cambio que pretendía encarnar el nuevo jefe de Estado.

Promesa de reducción de la dependencia nuclear y campaña contra el plástico

A partir de noviembre se produjo la revuelta de los chalecos amarillos, una grave crisis social y de orden público que puso al poder contra las cuerdas. Por momentos Macron y su Gobierno parecieron desbordados por los acontecimientos. Ni las sustanciales concesiones hechas, como la renuncia a la ecotasa y la subida del salario mínimo, lograron aplacar los ánimos. El presidente recorrió el país, debatiendo con alcaldes y ciudadanos de a pie, en sesiones maratonianas de a veces siete u ocho horas, para entender las razones del malestar y ponerle remedio.

Las elecciones europeas del pasado 26 de mayo situaron al partido de Macron, la República en Marcha (LREM), y a sus aliados en segunda posición, sólo unas décimas por detrás del ultraderechista Reagrupamiento Nacional (RN) –ex Frente Nacional– que repitió la victoria de cinco años antes.

Tras encajar el golpe, que fue doloroso, Macron y su Gobierno –al igual que parte de la opinión pública– realizaron un análisis más matizado de los resultados electorales. Pese a la humillación de haber perdido frente al partido de Le Pen, Macron pudo consolarse gracias al hundimiento de la derecha conservadora tradicional, Los Republicanos (LR), que sólo obtuvo el 8,5% de los votos. En su estrategia futura, es fundamental para Macron mantener el respaldo de una capa amplia de los franceses moderados y de centroderecha. Va camino de lograrlo.

En su discurso de ayer, Philippe admitió que “hay todavía urgencia” en Francia, a todos los niveles, si bien se mostró orgulloso de algunos datos macroeconómicos positivos como el bajo nivel de desempleo, el mínimo en diez años, y el récord en las inversiones.

El primer ministro dedicó tiempo a exponer su política ecológica, que será una prioridad. Francia, una potencia nuclear, está empeñada en reducir al 50%, para el 2035, su dependencia energética de las centrales atómicas. Anunció medidas muy agresivas contra el uso de productos plásticos no reciclados y contra la cultura del desperdicio. Una ley en tramitación será pionera mundial en este ámbito, prohibiendo echar a la basura productos no vendidos.

Todas las mujeres tendrán derecho a la inseminación asistida

Un elemento clave de la política francesa en los próximos años será la bajada de impuestos. Estarán afectados el impuesto sobre la renta, en especial para los salarios más modestos, y el impuesto que graba los inmuebles. Este último será suprimido por completo, de aquí al 2023, para la primera residencia.

Entre las reformas más ambiciosas y potencialmente conflictivas destacan la de las pensiones. Se quieren suprimir los actuales 42 regímenes especiales, según la categoría profesional, y unificarlos, con las mismas reglas para todos. Será inevitable que, con los cambios, haya perdedores entre quienes hoy disfrutan de un trato privilegiado en su jubilación.

Otro cambio que levantará resistencias es el del seguro del desempleo. El objetivo es desincentivar los contratos de corta duración. Quienes hoy cobran subsidios altos cuando están en paro temen verlos reducidos.

Córcega aspira a un reconocimiento específico en la Constitución

Supone un guiño a la izquierda el anuncio de que la reproducción asistida estará abierta también a las parejas de lesbianas y a las mujeres solas –hoy sólo tienen acceso las parejas heterosexuales–, una vieja reivindicación.

El Gobierno, que aparcó la reforma constitucional en pleno escándalo Benalla, hace un año, quiere retomarla. Debe incluir una reducción del número de parlamentarios y un sistema electoral más proporcional. Se pretende ampliar la descentralización y reconocer mejor las especificidades territoriales, algo que en lo que insisten los nacionalistas corsos. Ellos exigen una mención expresa de su isla en la Carta Magna que reconozca un estatus propio.

Philippe reiteró la firmeza de su Gabinete en la lucha antiterrorista y en la vigilancia del islam radical. Expresó la voluntad de incrementar hasta el 2% del PIB el gasto en defensa –como exige desde hace años Washington a sus aliados de la OTAN–, y anunció un combate más enérgico contra el tráfico de estupefacientes, un factor endémico y en alza, que deteriora la vida en muchas áreas urbanas del Hexágono.

Fuente: La Vanguardia