Mariano Rajoy se siente «en forma» para volver a presentarse y ganar unas terceras elecciones generales, según ha dicho tras su audiencia con el rey en Palma de Mallorca. Pero sus socios preferentes en el Congreso, Ciudadanos, no lo ven pertinente. «Rajoy lleva suficiente en política y siendo presidente del Gobierno», ha señalado a modo de réplica el portavoz adjunto en la Asamblea de Madrid, César Zafra, ante esa posible nueva candidatura que el líder del PP y también todos los dirigentes de su partido dan por segura.
Aunque Zafra haya terciado ahora invitando a Rajoy a no repetir, lo cierto es que los de Rivera hace tiempo que dejaron de pedir al líder conservador que dé un paso atrás y deje paso a otro dirigente que no esté «manchado por la corrupción».
Que ese es su deseo ya se sabe, pero luego reconocen que no le pueden obligar a renunciar porque esa es una decisión «interna» del PP. Tan solo pueden apelar a que cumpla su propia palabra y al compromiso que adquirió con Albert Rivera en el pacto de investidura, una de cuyas medidas era precisamente limitar a dos el número de legislaturas o a un máximo de ocho años los mandatos de los presidentes del Ejecutivo.
Ese punto del acuerdo se refiere a una reforma de la ley de Gobierno en la que se establecería esa limitación temporal, como la que se aplicó voluntariamente Aznar, sin cambios en la Constitución y realizando pequeños retoques sin más en la ley.
El partido pensó entonces que la medida saldría adelante sin problemas pero se topó muy pronto con la realidad: el PP puso todo tipo de reparos para llevarla a cabo. De hecho, ni siquiera acercaron posturas en el Congreso cuando delegaciones de ambos partidos se sentaron a estudiar la limitación de mandatos y una drástica reducción de los aforamientos. El PP insistía en que sin una reforma constitucional la medida era imposible ejecutarla.
Ante el fracaso, Rivera optó por acercarse al PSOE y a Podemos, que se mostraron abiertos a buscar puntos de encuentro para sacar adelante ambas medidas.
A lo largo de estos meses, las presiones del PP para que no se empecine en ese tema han ido calando en Ciudadanos. De tal modo que el pasado mes de enero a pocos les sorprendió escuchar al vicesecretario general, José Manuel Villegas, asumir que un tercer mandato de Rajoy como presidente no suponía incumplir el pacto de investidura. El dos de Rivera se lanzó a explicar que la reforma era una iniciativa «de cara al futuro» que no afectaría a Rajoy «al no ser retroactiva».
Ahora, el líder de Ciudadanos no quiere que parezca que tira la toalla y acaba de anunciar que en septiembre volverá a poner encima de la mesa tanto la limitación de mandatos como la eliminacion de los aforamientos y que espera que el PP se retrate.
Sin embargo, la tibieza en esta exigencia por parte del partido naranja hizo que el mismo César Zafra que decía que Rajoy lleva ya mucho tiempo gobernando, abriera a la vez la puerta a volver a darle de nuevo apoyo si gana las próximas elecciones.
El portavoz madrileño explicó que Ciudadanos en este momento «ni descarta ni deja de descartar» facilitar de nuevo que pueda gobernar, como han hecho en esta legislatura, pese a reconocer que «no es de fiar» y que tiene una «mochila cargada de corrupción».
«Cuando llegue ese momento veremos qué opciones hay y cuántos escaños tenemos. En todo caso, nosotros lo que queremos es gobernar», zanjaba Zafra, mientras aprovechaba para reprochar a Rajoy que esté «más preocupado por si se va a presentar a unas elecciones para las que faltan tres años» que en «resolver los problemas de los ciudadanos