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Vince Cable, nuevo líder del Partido Liberal Demócrata británico

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El veterano político británico Vince Cable, de 74 años, se convirtió hoy en el nuevo líder del Partido Liberal Demócrata del Reino Unido, al ser el único candidato al término del plazo previsto de presentación de solicitudes.

Cable, que previamente fue vicelíder de la formación y ministro entre 2010 y 2015, sucede a Tim Farron, que dimitió después de las elecciones generales anticipadas del 8 de junio, cuando los liberaldemócratas obtuvieron solo doce escaños.

Aunque avanzaron modestamente en su representación en la Cámara de los Comunes, con tres escaños más y donde son la cuarta fuerza política, por detrás de conservadores, laboristas e independentistas escoceses, perdieron porcentaje de voto, hasta un 7,4 %.

Farron dimitió el 14 de junio con el argumento de que no podía reconciliar sus valores cristianos con las exigencias de apertura del Partido Liberal Demócrata, tras ser presionado durante la campaña por sus ideas sobre la homosexualidad.

La formación liberal sufrió un descalabro electoral en los comicios de 2015, bajo el liderazgo de Nick Clegg, que pasaron factura al partido por sus cinco años como socio menor en un Gobierno de coalición con los conservadores, donde Cable fue ministro de Empresa.

El veterano político, que perdió su escaño en 2015 pero lo recuperó el pasado junio, es una de las caras más conocidas de la formación, si bien algunos medios inciden en que sería demasiado mayor para ser primer ministro si hipotéticamente llegara al poder en unas futuras elecciones.

En los últimos comicios, el Partido Liberal Demócrata, centrista y el más europeísta del país, centró su campaña en la promesa de someter a un referéndum el eventual acuerdo entre Bruselas y Londres para la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), lo que no le reportó la recuperación electoral que esperaba.

Cable prometió hoy que, bajo su liderazgo, presionará para que haya un «brexit» suave -con acceso al mercado único y a la unión aduanera- y buscará conquistar al «abandonado» centro político