«La relación entre liberalismo, republicanismo y democracia es un problema central de la filosofía política, y en la historia argentina se ve con claridad», dice Leandro Losada, director del Centro de Estudios de Historia Política (CEHP), Escuela de Política y Gobierno, Universidad Nacional de San Martín. Entonces aparece una pregunta que, si bien está atravesada por décadas y décadas de arduos debates, tiene una raíz actual: ¿son conceptos opuestos o se trata de ideas complementarias? Y aparece, también, otra pregunta, bien local: ¿por qué en Argentina el liberalismo es un término que tiende a ser peyorativo?
El Centro que Losada dirige organizó para este miércoles 31 de mayo desde las 10:30 en el Aula 7 del Edificio de Ciencias Sociales, Campus Miguelete, de la UNSAM (Av. 25 de Mayo 1021, San Martín) una jornada de mesas y actividades que busca «no sólo hacer un debate académico, sino también incluirlo en la agenda pública». La actividad es gratuita y no requiere inscripción previa. Entre los participantes, hay nombres de grandes especialistas como Roberto Gargarella, Vicente Palermo, María Matilde Ollier y Andrés Rosler, entre otros.
«Liberalismo, republicanismo y democracia no necesariamente son conceptos que se contraponen, hay posibilidades de convergencia como hay posibilidades de confrontación. Además, son palabras que son utilizadas como sinónimos pero también hay momentos que se contraponen. Cuando, a veces, tildan a alguien de liberal lo hacen para catalogarlo de antidemocrático. Con república se habla de división de poderes pero también es una idea liberal, por eso en el republicanismo se apela a valores como la participación cívica que tiende a converger con la participación democrática, pero también se lo asocia a una democracia que puede ser delegativa y pasiva poniéndose en jaque la idea del plebiscito», comenta Losada en diálogo con Infobae.
«En nombre de la democracia, los principios liberales a veces son formalidades que restringen una verdadera participación democrática», explica y continúa asegurando que, «en Argentina, la tradición liberal es una tradición muy polémica porque se la asocia con el liberalismo económico, el neoliberalismo de los noventa. Es de la historia reciente, pero tampoco tan reciente. Por otro lado, en Estados Unidos alguien pensado como liberal es alguien pensado como un progresista».
¿Por qué entonces el liberalismo es, en nuestro país, un término que tiende a ser peyorativo? «Ese divorcio entre liberalismo y democracia es propio de nuestra historia, es una clave para entender por qué la democracia argentina tiene una historia tan tortuosa», explica en referencia a las seis interrupciones, los seis Golpes de Estado que hubo en el siglo XX: 1930, 1943, 1955, 1962, 1966 y 1976.
Pero, ¿qué es una verdadera democracia? ¿Su determinación está basada en el sufragio o tiene que ver, además, con una participación que vaya más allá del simple voto cada dos o cuatro años? Si hablamos de un sistema político que se basa en el derecho del pueblo a elegir y controlar a sus gobernantes, ¿qué tan sólido está hoy este sistema? «Algunos te podrían decir que una democracia deseable es aquella en la que se afirma en el ejercicio del poder de los principios liberales: gobiernos representativos y división de poderes. Para otros, está caracterizada por una ciudadanía activa, no sólo por los canales tradicionales, sino también por el espacio público como la calle», comenta Losada ligando los tres conceptos, y cierra: «Quizás lo que Argentina necesita es el fortalecimiento de las instituciones representativas, que son figuras del republicanismo y el liberalismo«.
Entonces, ¿cuál es el estado de nuestro país en estos términos? ¿Estamos, estuvimos, estaremos frente a una democracia deseable? «Nos falta más republicanismo en lo que refiere a participación ciudadana y también consolidar el ejercicio de la Constitución. No solo en la clase política hay falencias republicanas, liberales y democráticas, sino también en la sociedad», concluye.
Fuente: http://www.infobae.com/cultura/2017/05/17/liberalismo-republicanismo-y-democracia-conceptos-opuestos-o-complementarios/