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Israel y Hamás: la situación sigue escalando

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El último ataque con misiles desde la Franja de Gaza llega en un mal momento para el primer ministro Netanyahu. Antes de las elecciones, debe garantizar la seguridad de Israel. A Hamás tampoco le viene bien el ataque.

Después del ataque no hubo más que silencio. Hasta ahora, ninguna organización palestina reivindicó la autoría del lanzamiento del misil el lunes (25.03.2019) por la mañana que golpeó una casa en el municipio de Mishmeret, a unas pocas millas al norte de Tel Aviv. En el ataque, que destruyó el edificio, resultaron siete personas heridas. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien se encuentra actualmente en Washington, anunció que Israel responderá «enérgicamente».

La pregunta sobre quién está detrás del ataque, aparentemente ya fue respondida por el Gobierno israelí. Terminando la tarde del lunes, su Ejército ejecutó ataques aéreos en la Franja de Gaza y destruyó un edificio. Según el Ejército israelí, se trataba de una casa donde se escondían miembros de Hamás.

El partido palestino radical que gobierna la Franja de Gaza rechazó previamente todo tipo de responsabilidad. Un portavoz de Hamás dijo al periódico israelí Haaretz que el lanzamiento del misil podría deberse a un error o tratarse de la acción de un individuo. Al mismo tiempo, expresó la esperanza de una reacción moderada por parte de Israel. En este caso, los grupos de Gaza permanecerían en silencio, pues lo que se quiere evitar a toda costa es una mayor escalación del conflicto.

Es incierto si Israel ejecutará otro ataque aéreo más, y es incierto si Hamás decidirá responder a este evento. «Estamos equipados para diferentes escenarios», dijo el portavoz militar israelí Ronen Manelis. El alto mando militar respaldó esto al informar que posiblemente las reservas serán convocadas, un proceso que, hasta ahora, ha venido anunciando recurrentemente una inminente ofensiva terrestre.

La casa golpeada por un misil desde la Franja de Gaza en Mishmeret.

Impotencia en Israel

Pase lo que pase, el ataque no aporta a la situación del presidente Benjamin Netanyahu, a pocas semanas de las elecciones parlamentarias israelíes, dice el experto en Israel, Peter Lintl, de la «Fundación de Ciencia y Política» de Berlín. Netanyahu está siendo criticado por políticos de derecha como Naftali Bennett, pero también por los de izquierda por no poder resolver el problema de Gaza. «Sin embargo, en este momento, no parece que alguien aquí pueda ganar más credibilidad que Netanyahu «, dijo Lintl.

Incluso para el principal rival de Netanyahu, el exjefe de Estado mayor israelí Benny Gantz, difícilmente podría beneficiarse de la crisis actual: «Ya ha sido criticado por no proponer estrategias alternativas, porque su postura sobre Gaza es muy similar a la de Netanyahu», dice Lintl. Tampoco es de imaginarse que un enfrentamiento militar con Hamás pueda unir al país.

Israelíes insatisfechos con el trabajo del Gobierno

Políticamente, el bombardeo del lunes pone a Benjamin Netanyahu en una posición compleja. Una encuesta reciente del Instituto de Democracia de Israel reveló que el 76 por ciento de los israelíes no están satisfechos con el desempeño del Gobierno en la Franja de Gaza, un aumento dramático en comparación con junio de 2018, cuando solo el 56 por ciento expresó su descontento con el tema. El descontento se extiende a todas las agrupaciones políticas: del lado de los israelíes de derecha, el 73 por ciento critica el rumbo del Gobierno y, a la izquierda, el 77 por ciento.

En posición: el Ejército israelí en la frontera con Gaza, 25 de marzo de 2019.

A Netanyahu tampoco lo beneficia el hecho de haber asumido el Ministerio de Defensa tras la renuncia de Avigdor Lieberman como ministro, en otoño del año anterior. El 58 por ciento de los israelíes cree que Netanyahu está sobrecargado por su doble función como primer ministro y ministro de Defensa.

Medición de fuerzas al interior

Mientras tanto, Benny Gantz culpó a Hamás por el lanzamiento de cohetes y exigió una respuesta clara. «Quienes no reaccionan a estos ataques, quienes se dejan chantajear por Hamás, quienes no responden con seriedad los ataques a los residentes del sur del país, y quienes toman a la ligera el ataque a una escuela en Tel Aviv deben ahora contar con recibir misiles dirigidos al centro del país», declaró por escrito.

La ministra de Cultura, Miri Regev, fue aún más clara. «Tenemos que volver a la política de matanzas selectivas», dijo. «Solo cuando los líderes de Hamás y de la Yihad Islámica Palestina sientan que están siendo cazados y se encuentran en el punto de mira, comenzarán a vernos con otros ojos», agregó.

Combatientes de Hamás en un desfile militar en la Franja de Gaza, diciembre de 2017

Hamás en apuros

El silencio en la Franja de Gaza, sin embargo, sugiere que el ataque con misiles actualmente también es un problema para Hamás. Si bien los residentes de la Franja de Gaza se reúnen regularmente en la cerca de la frontera con Israel para manifestarse en contra de la ocupación, recientemente también hay otro tipo de manifestación: los seguidores de la nueva alianza «Bidna na’isch» (Queremos vivir) van a la calle para protestar contra Hamás. Critican sobre todo las condiciones de vida que constantemente empeoran. Hasta el momento, Hamás ha reaccionado a las protestas con violencia.

Según Peter Lintl, el lanzamiento del misil muestra cuán presionado está Hamás dentro de la Franja de Gaza. La presión proviene de diferentes direcciones: por un lado, están grupos como la Yihad Islámica, por otro, existen fuertes tensiones con la Autoridad Palestina en Cisjordania que bloquea regularmente los fondos que deberían destinarse a Hamás. «Todo esto lleva a un liderazgo cada vez más autoritario de Hamás, que ha provocado recientes protestas en la Franja de Gaza, y el hecho de que Hamás apenas pueda reprimir estas protestas, es una clara señal de que está políticamente debilitado».

Hamás no puede tener ningún interés en otra guerra con Israel, que sumergería a la población aún más en la miseria. Aún así, no está claro si podrá evitar un nuevo enfrentamiento militar, porque no solo ellos, sino también el Gobierno israelí está bajo presión.

Vía: DW